La Guerra de Demetrio Vallejo en Matías Romero, Oaxaca.

Hacía el año de 1948, llega a Matías Romero la novedosa propuesta musical de Dámaso Pérez Prado, causando un gran impacto en el público amante del baile y de la fiesta. Y así, a ritmo de mambo y de bolero, empieza la década de los 50. El pueblo ferrocarrilero alcanza el rango de ciudad, pero pocos de sus 10,967 habitantes se enteran de ello. ¡Mambo!, ¡qué rico el mambo!, ¡mambo!, ¡qué rico e-e-es!.

Los domingos, después de las funciones de box realizadas en la colonia Pueblo Nuevo,en que aplaudíamos emocionados las batallas protagonizadas por El Tehuanito o El Chino Sibaja, la diversión sigue en el parque Daniel González Martínez; allí la marimba orquesta de Diego Palacios, con su baterista Juan Ordaz, ya ameniza la velada e incita a los bailadores a pulirse en sus evoluciones. Entre éstos destaca la gracia de Plácido Muñoz, quien, sin perder el paso, recorre todo el parque cobrando a cada bailador tres pesos.


Evento artístico realizado en el parque «Daniel González Martínez». Al fondo se aprecia el legendario Kiosko mejor conocido como Dicruvi, en virtud del las iniciales de la Señora Diamanda Cruz Villanueva, quien dedicó su vida a atenderlo para disfrute y gratos recuerdos de los matíasromerenses.

Varios ferrocarrileros también sobresalen en el baile, allí está ese muchacho al que le dicen La Gringa, debido a que tiene el ojo verde; o Antonio Vargas, a) El Truquero, que trabaja en las máquinas y diario anda lleno de grasa, pero mírenlo llegar al baile con un traje blanco, saco cruzado, sombrero de fieltro, zapatos Walker, todo de color blanco, muy elegante; otros buenos bailadores son Leopoldo Sol y Rafael Sotomayor, que también gustan vestir de blanco; además está El Mudo, el no es ferrocarrilero, sino que trabaja de bolero, es muy simpático y sabe gozar el baile.

Entre las mujeres admiramos a Carmen Romero, mejor conocida como La Camarona, esposa de Nicolás Blanco; a Carmela La Bailarina, y aquella compañera ferrocarrilera a la que dicen La Gómez. Al escuchar las notas de La Tortuga, la Sandunga y otros sones de la tierra, nosotros no podemos aguantar el deseo y nos ponemos en movimiento. Danzones y boleros los bailamos pegando cachete con cachete. Óyeme, mamá, qué sabroso está…


La guerra de Vallejo, o los días que conmovieron a Matías Romero.


En Abril de 1959 Demetrio Vallejo es apresado por militares y elementos de la temida Dirección Federal de Seguridad para presentarlo ante el Juez, por cometer el crimen de Disolución Social.

El reflujo en la participación sindical toca fondo, los miembros de la Sección 13 ya no asistimos a las asambleas porque los “charros” del llamado Grupo Moralizador 14 de octubre, encabezado a nivel nacional por Jesús Díaz de León, no nos toman en cuenta; la corrupción ha sentado sus reales en el Sindicato. Los representantes nacionales sólo se limitan a firmar convenios leoninos a espaldas de los ferrocarrileros. En Matías Romero el lema del sindicato, «Fraternalmente siempre unidos», es cambiado por el de “Fraternalmente siempre uncidos”.

El descontento entre los ferrocarrileros del sistema es general, pero nadie se atreve a levantar un dedo por temor a las represalias (aplicación de la cláusula de exclusión). Llega así el año de 1957, la carestía de la vida ha seguido en aumento. En todos los centros de trabajo circulan El Petardo y El Vía Libre, periódicos que orientan a los trabajadores. Por estos medios es que los ferrocarrileros de la Sección 13 tenemos conocimiento que los compañeros de la Sección 15 de Nonoalco, en el D.F., están solicitando al sindicato que exija a la empresa un aumento general de salarios.

Es marzo de 1958, la asamblea general escucha el informe de la Comisión que nombró para hacer el estudio que sustente la petición de aumento salarial; éste, según concluye la Comisión, debe ser de $400.00. Un rumor recorre el auditorio. Ante el escándalo de los “charros”, la asamblea considera que esa cantidad es muy elevada y decide reducirla, quedando la propuesta de aumento en $350.00 mensuales para cada trabajador.

Samuel Ortega Hernández, Secretario General del STFRM llama inmediatamente a una reunión de Secretarios Locales en la ciudad de México, con el propósito de contener el movimiento que ya se avecina. Ante esta maniobra, la sección 13 responde convocando a las secciones de Salina Cruz, Ixtepec, Jesús Carranza y Coatzacoalcos a una reunión donde se acuerda nombrar una comisión que acompañe a los Secretarios Locales para hacer saber al Comité Ejecutivo Nacional la petición de aumento general de salarios. Por la Sección 13 resultan Delegados electos Luis Palma García, Fidel Cabrera López y Demetrio Vallejo Martínez.


Ante la respuesta represora del gobierno, se realizaron constantes protestas en nuestra ciudad.
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El dos de mayo de 1958 inician en la ciudad de México los trabajos de la Asamblea de Delegados, constituyéndose en Gran Comisión Pro aumento General de Salarios; Samuel Ortega exige que ésta le entregue el estudio económico realizado, y cita a una Asamblea de Delegados para el día siguiente. En este clima de intimidación, Samuel Ortega habló durante más de cuatro horas, tratando de convencer a los Delegados que redujeran la petición de aumento salarial a $200.00, argumentando que la cantidad de $350.00 era exagerada, y que además la Empresa no tenía dinero para concederla; por último, declaró disuelta la Gran Comisión Pro Aumento.

Un hombre bajo de estatura, hombros caídos, moreno, regordete y de nariz chata, escucha con atención las intervenciones tímidas de algunos de sus compañeros Delegados. Su nombre es Demetrio Vallejo, nació hace 48 años en Espinal, Oax.; adscrito a la Sección 1 de Coatzacoalcos, Ver., representa en esta ocasión a la 13, de Matías Romero, Oax. Vallejo respira profundamente, siente que ha llegado el momento de intervenir.


Demetrio Vallejo Martínez (1912 - 1985).

Con la tensión recorriéndole el cuerpo, solicita el uso de la palabra y refuta, punto por punto, la posición sostenida por Samuel Ortega, señalándole que siendo representante de los trabajadores no debe tratar de reducir el monto de la petición de aumento salarial, pues con esto defiende a la Empresa, no a los trabajadores; y también le hace saber a Ortega que las secciones sostienen la petición de $350.00, ya que esta cantidad no se estableció por capricho de los Delegados, sino a partir de un estudio elaborado colectivamente, y le aclara que la propuesta de los trabajadores no puede echarla abajo nadie.

El miércoles 28 de mayo de 1958, los ferrocarrileros empiezan a llegar al local sindical media hora antes de lo acostumbrado. A las 19:00 hs. inicia la asamblea, presidida por Guadalupe Hernández, Secretario General Local. Más de 300 trabajadores divididos en dos bandos sostienen un acalorado debate por el orden que debe seguir la asamblea. Luego de airadas intervenciones de una y otra parte, la asamblea acuerda por mayoría de votos que el Orden del Día se modifique y, como segundo punto, los Delegados por el aumento general de salarios presenten su informe.

El Secretario Local da lectura a la documentación emitida por los charros para solicitar un aumento de $200.00. De inmediato, Luis Palma y Demetrio Vallejo manifiestan a la asamblea que el informe proporcionado por Guadalupe Hernández ha sido elaborado a espaldas de los Delegados, y que además el otro Delegado nombrado por la sección 13, Fidel Cabrera López, nunca se presentó a la Convención. Acto seguido Demetrio Vallejo rinde a la asamblea el informe que prepararon Luis Palma y él; con toda claridad expone la postura y estrategia de las secciones que se declaran dispuestas a emprender la lucha por un aumento general de $350.00 pesos mensuales.


Uno de los logros principales de esta lucha fue la construcción del hospital ferrocarrilero que tuvo por obligación no sólo atender a los trabajadores, sino a toda la familia del beneficiario: Padres, cónyuge e hijos.
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Algunos miembros del Grupo 14 de octubre expresan su desacuerdo con esta propuesta, pues apoyan la de Guadalupe Hernández, si bien estos comentarios no los hacen en la tribuna. El debate va subiendo de tono, y a las 22:00 hs. la presión de los trabajadores es insoportable para los charros, quienes abandonan la reunión tratando con ello de evitar que la asamblea tome acuerdos. En ese momento Roberto Gómez Godínez sube al estrado donde aún se encuentran Luis Palma y Demetrio Vallejo, y desde allí se dirige a los charros del Comité Ejecutivo Local, invitándolos a regresar a sus lugares y continuar los trabajos que sólo buscan el beneficio general de todos ferrocarrileros. Desde las escaleras que llevan al segundo piso responde Guadalupe Hernández, señalando con el dedo indice: ¡A usted, compañero Godínez,a usted lo voy a acusar de comunista por venir a destruir los trabajos! Una rechifla y una gritería ensordecedora ahogan las amenazas del dirigente charro.

El escándalo continúa hasta que Julio Gómez Villalobos logra hacer escuchar su voz para proponer que en vista de que los representantes no regresaban al estrado, que se nombrara una directiva provisional para dirigir los trabajos relacionados con la petición de aumento de sueldo. A coro, la asamblea grita: ¡aprobado, aprobado! Nombrando como presidente de la mesa de debates a Luis Palma. intervienen Roberto Gómez Godínez, Demetrio Vallejo y el propio Luis Palma, haciendo ver la necesidad de nombrar un Comité Ejecutivo Local.

Para entonces todo mundo quiere hablar, y a cuál más levanta la mano o grita para solicitar la palabra. Hacen uso de ésta los compañeros Norberto Blanco de Gyves, José Cepeda Rodríguez, Manuel Santomé, Manuel Orozco Echevarría, a) El Gallo, Roberto Pineda, a) El Manguito; Pedro Ramirez, a) Pedro Chile; Felipe Ulloa Fuentes, Fausto Villalobos Marín y se tuvo que cortar la lista porque, si no se hacia así, no se terminaría la participación en toda la noche.


Ferrocarrileros saludando a López Mateos, quien visita Matías Romero, Oaxaca; a principios de 1958, en campaña presidencial.
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Se aprueba la propuesta de nombrar un nuevo Comité Ejecutivo Local, el cual queda formado por Luis Palma Garcia, Secretario General; Manuel Santomé, Secretario de Organización; Gilberto Gallardo, Tesorero; y José Cepeda Rodríguez, Presidente de Vigilancia y Fiscalización. Entonces la asamblea, con su nuevo Comité al frente, acuerda: 1. Desconocer al anterior Ejecutivo Local por abandonar la asamblea y no buscar solución al problema de los trabajadores; 2. Traer al Juez Único Municipal para que constate que los dirigentes charros han abandonado la asamblea general y levante un acta de desconocimiento de éstos. 3. Traer al “Grillo”, único licenciado huizachero que había en la localidad, para que diera fe del estado en que se encontraban las instalaciones; 4. Traer al comandante de la partida militar para solicitarle el resguardo de éstas. Rápidamente los comisionados realizaron sus tareas, y todos, juez, licenciado y Comandante cumplieron las peticiones de los ferrocarrileros.

El Plan de Trabajo, que se aprueba por unanimidad, consiste en realizar una serie de paros de actividades hasta lograr el aumento; en uno de sus puntos establece que cada sección que apruebe el Plan debe nombrar dos Delegados para integrar la Comisión, así esta se iría agrandando y podría informar perfectamente a todos los trabajadores ferrocarrileros acerca de la unificación que se estaba formando para exigir el aumento general de salarios. Varios compañeros proponen que Demetrio Vallejo se integre a la Comisión, pero otros compañeros más hablan de la necesidad de que éste permanezca en Matías Romero para asesorar la lucha local. La asamblea vota y se aprueba la segunda propuesta. Entonces se nombra a Roberto Gómez Godínez como Delegado de la Sección 13 ante la Comisión; de inmediato, éste hace preparativos para dirigirse a la Sección 22 de Oaxaca.


Evento de campaña presidencial de López Mateos, en el parque central de Matías Romero, Oaxaca. Adolfo Ruíz Cortínes, dejó en manos de López Mateos la presidencia de la república y el clavo ardiendo del conflicto ferrocarrilero.
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Por teléfono llegan noticias alentadoras: las secciones siguen apoyando el Plan de trabajo. El 8 de junio se hace un cálculo del avance: si hasta ese día los Delegados apenas habían recorrido la zona sur, entonces necesitarían un mes para recorrer todo el sistema. Es mucho tiempo, advierten algunos; demasiado, dicen otros, entre ellos Demetrio Vallejo, pensando que falta menos de un mes para que se realicen las elecciones presidenciales.

En la asamblea del 11 de junio, se analiza el problema desde diferentes ángulos. Luis Palma, Presidente de la Mesa de Debates, da la palabra a Demetrio Vallejo: Miren, compañeros, dice Vallejo, mientras no exista ninguna presión de nuestra parte, es lógico que el Ejecutivo General no se preocupe por reconocer a nuestros nuevos dirigentes, y mucho menos por exigir a la empresa el aumento de salarios. Ante esta situación se impone una salida, tengo una propuesta, arriesgada pero necesaria: dar un plazo de 10 días a la Empresa y al Ejecutivo General para que aquélla conceda los $350.00 mensuales de aumento a cada trabajador, y éste reconozca al nuevo Comité Ejecutivo de la Sección 13. El plazo debe ser a partir del día 16 y terminar el 25 de este mes.


En pleno conflicto mujeres y hombres ferrocarrileros observan el evento de campaña desde la Estación del tren en Matías Romero, Oaxaca.

Vallejo hace una pausa, se dirige hacia el calendario que cuelga de la pared, enrolla unas hojas de papel, con ellas señala una casilla del calendario y continúa: Si al vencerse el término no han resuelto las peticiones, a las 10 hs. del día 26 debe iniciar un paro general de labores que tendrá dos horas de duración, el cual aumentará dos horas diariamente hasta que quede solucionado el problema. Una consideración importante: el próximo 6 de julio se realizarán las elecciones presidenciales; y, desde luego esto abre para nosotros una posibilidad de triunfo, pues al gobierno de ninguna manera le convendría tenernos en paro. Pero para aprovechar la coyuntura, el tiempo corre en contra nuestra, serán nuestra sección y las demás de la zona sur las que se jueguen el todo por el todo en esta lucha.

Con entusiasmo y en forma unánime, los trabajadores aprobamos la propuesta de Vallejo, y acordamos solicitar a los Delegados que suspendan las visitas y de inmediato se concentren en Puebla para reorganizar el programa y cubrir en el menor tiempo posible la totalidad de las secciones; pues el dia 12 de junio la 13 emplazará a Ferrocarriles Nacionales de México que si para el 25 de este mismo mes no concede el aumento general de salarios de $350.00 para cada trabajador, efectivo el día 26 a las 10:00 hs. empezará el primer paro de dos horas, y así seguirá hasta que se convierta en paro total.


Recientes documentos desclasificados han sido publicados por ex agentes secretos norteamericanos. En esos libros se afirma que López Mateos fue agente de la CIA.

El Ejecutivo de la 13 gira a todas las secciones del sistema un telegrama dando a conocer el emplazamiento hecho a Ferrocarriles Nacionales, señalando la necesidad de que todas las secciones hagan las mismas notificaciones a más tardar el 16 de junio, para no seguir perdiendo tiempo. La asamblea de la 13 considera suficiente que las secciones del sureste inicien el movimiento. El Plan Sureste debe ponerse en ejecución efectivo junio 16 con el objeto de anticiparse a las elecciones presidenciales que se realizarán el 6 de julio.

La asamblea permanente de la Sección 13 designa a Demetrio Vallejo Martínez como Delegado a la reunión del dia 23, y nombran comisiones de Vigilancia, Propaganda y Organización para orientar el movimiento y buscar que todos los trabajadores cumplan con el ordenamiento de los paros de labores, que se realizarían sin abandonar los centros de trabajo. Ismael Márquez, Wenceslao Jiménez García, Elías Grajales, Nicolás Blanco, Manuel Orosco Echeverría, Alfredo Solana, Gregorio Estudillo Domínguez, Alberto Santos Vasco, Martín Arias Romero, Emilio Anderson, Ramón Krug Blanco y otros ferrocarrileros más integran estas comisiones.


El Licenciado Manuel Ballesteros Rojo — autor de este artículo — acompaña a Elena Poniatowska. Ambos escritores han dedicado sendos libros a la vida y obra de Demetrio Vallejo Martínez.
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Llega el 26 de junio y efectivo dan principio los primeros paros, y aunque hay varias secciones que no los secundan, al tercer dia los paros se han generalizado en todo el sistema. Sin embargo, la Empresa no cede por lo que interviene el presidente Adolfo Ruiz Cortines, quien manda llamar a la Gran Comisión, encabezada por Vallejo; el presidente también cita al gerente general de Ferrocarriles Nacionales de México y al Secretario General del STFRM, Samuel Ortega, si bien en los hechos este ya no tiene ninguna autoridad.

Ruíz Cortines ordena al gerente de Ferrocarriles que autorice un aumento de $215.00 por cada trabajador, directo al tabulador, con la condición que de inmediato se levanten los paros, pues están causando pérdidas a los Ferrocarriles. Cuando en Matías se sabe la noticia, los ferrocarrileros de la 13 gritamos: ¡Viva la unidad! Hacía mucho tiempo que no recibiamos un aumento general de salarios. Los trabajadores de la Sección 13, conscientes de que la unidad estaba conformada, proponen exigir a la empresa el reconocimiento de todos los Ejecutivos locales electos democráticamente y designar un nuevo Ejecutivo General surgido de los Delegados de la Gran Comisión. En vista de que tanto el Ejecutivo General como la empresa y el gobierno se niegan a reconocer la democratización del STFRM, se vuelven a realizar los paros escalonados hasta llegar a la suspensión total del sistema.

El gobierno se ve obligado otra vez a ordenar a la Secretaría del Trabajo, que de inmediato se resuelva el problema a favor de las mayorías, para lo cual se firma un convenio con la Convención y en presencia del Secretario General suplente, en el que los trabajadores aceptan levantar el paro de inmediato y realizar elecciones en un plazo máximo de 15 dias, contados a partir de esta fecha. Inmediatamente los ferrocarrileros democráticos registran su planilla, con Demetrio Vallejo como Secretario General Nacional; en la Sección 13, Luis Palma García va por la Secretaría General del Ejecutivo Local. Se nombran comisiones para que recorran la línea tratando de mantener la unidad gremial.


Don Samuel Estudillo Nández, ferrocarrilero jubilado matiasromerense, que luchó al lado de Demetrio Vallejo.

Las elecciones arrojan un saldo casi absoluto a favor de la planilla encabezada por Vallejo, la cual obtiene cincuenta y nueve mil 780 votos, mientras que la planilla opositora sólo obtiene seis. El 27 de agosto de 1958 toma posesión del edificio sindical el Comité Ejecutivo General, presidido por Demetrio Vallejo, y el Comité General vigilancia y fiscalización, encabezado por otro miembro dela Sección 13, Roberto Gómez Godínez.

En diciembre de 1958, en su primera visita a Matías Romero ya como Secretario General del STFRM, Demetrio Vallejo informa que la Empresa se niega a firmar el nuevo Contrato Colectivo, por lo cual debía emplazarse a huelga para el 25 de febrero de 1959. Entre los principales puntos de este nuevo Contrato, están el pago de 10% sobre los salarios devengados mensualmente por concepto de fondo de ahorro, el cual se liquidaría el 20 de diciembre de cada año; servicio médico y medicinas para los familiares de los trabajadores, pago de renta de casa habitación, etc.

El día señalado se instalan las banderas rojinegras en todo el sistema ferroviario nacional, y al día siguiente la Empresa acepta firmar el nuevo Contrato Colectivo. En Matías Romero, los ferrocarrileros acordamos presentarnos a laborar en masa el 27 de febrero; al salir todos para el departamento de Fuerza Motriz y Equipo de Arrastre, en un lambimbo que se encuentra en una esquina del parque Daniel González Martínez, colgado de un cable, se halla un tlacuache muerto, tiene un cartón donde se leen estas palabras: “Así tendrá que acabar la gente de Guadalupe Hernández, por traidores”, en referencia al Secretario General Local depuesto un año atrás.


Juanita Santos y Demetrio Vallejo, en una fiesta celebrada en nuestro querido terruño.

Pero la Empresa no descansa en sus intentos por detener la movilización de los trabajadores, así se niega a liquidar el pago del 16.6% correspondiente al aumento general de salarios establecido en el nuevo Contrato Colectivo. Ante esto, los miembros del Ferrocarril Mexicano y los de la Compañía Terminal de Veracruz deciden emplazar a huelga para el 22 de marzo, anticipadamente ya han solicitado el apoyo de los trabajadores de Ferrocarriles Nacionales, los cuales se suman a este movimiento con la exigencia de que la Empresa cumpla con el pago del 16.6 %.

Al filo de las 7:10 hs. del día 26 de marzo de 1959, varios agentes especiales del gobierno federal se presentan en las oficinas de Ferrocarriles de Matías Romero, Oax., buscando a los trabajadores que integran la Comisión encargada de organizar los paros de la Sección 13 del STFRM, entre los que se encuentra Nicolás Blanco de Gyves. A las 11:00 hs. de ese día, más de 900 soldados perfectamente armados desalojan a los trabajadores de las oficinas y talleres, e instalan ametralladoras en algunos puntos, como el Departamento Mecánico. Ante esta medida, cientos de trenistas, telegrafistas, oficinistas, conductores, fogoneros, talleristas, y en general la totalidad de los ferrocarrileros, menos unos cuantos, nos refugiamos en el local sindical y nos constituimos en asamblea permanente.


Incansable luchador social, don Samuel Estudillo Nández, encabeza un mitín conmemorativo del 1º de Mayo.

Dos días después, el 28 de marzo de 1959 a las cinco de la tarde, en la ciudad de México, D. F., Demetrio Vallejo y otros miembros del Comite Ejecutivo General del STFRM, son detenidos por las fuerzas federales. El régimen de Adolfo López Mateos siente que se tambalea ante la creciente amenaza que significa la acción unitaria de más de 60 mil trabajadores del riel, quienes operan un sector estratégico para la economía del país.

El 4 de abril de 1959, a las 10:00 de la mañana, los soldados asaltan el local sindical de la Sección 13 y lo toman por la fuerza, desalojando a los trabajadores; instalan allí ametralladoras y otras armas de alto poder. Se establece un virtual toque de queda en la ciudad: se prohíben las reuniones; el ejército patrulla las calles; hay persecuciones de ferrocarrileros en Rincón Viejo, La Ladrillera, Barrio juárez; los soldados allanan casas, rompen roperos y vitrinas en busca de trabajadores. Parece que el Gobierno ha declarado la guerra a la población de Matías Romero.

Desde ese día los ferrocarrileros nos vemos obligados a realizar las juntas en el mangal de Benjamín Cruz, un viejo mecánico nombrado de cariño Tata Min. El mangal se ubica en Paso Limón, atrás del panteón municipal. Muchos trabajadores llevamos a las familias. Efraín Sandoval de Gyves, decía a su esposa:
Vamos a la junta, porque entre más gente haya es mejor.
Pues vamos, respondía Tomasa Guerrero.


Las Asambleas se realizaban en el Mangal de Tata Min, atrás del actual panteón municipal de Matías Romero, Oaxaca.
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El domingo 14 de abril de 1959, la población de Matías Romero vive un día de terror. Cerca de medio millar de elementos del ejército mexicano, fuertemente armados, irrumpen sorpresivamente la asamblea que los trabajadores ferrocarrileros de la Sección 13 realizan en la fresca clandestinidad del mangal de Tata Min, los amagan y se los llevan.

Las mujeres deciden seguir a sus hombres y allá van por la carretera. Son bastantes los trabajadores detenidos. Un grupo de soldados va hasta adelante, y otros forman una fila a cada lado; los trabajadores caminan en medio, con los brazos levantados y las manos puestas en la nuca. Atrás de los soldados vienen las mujeres. Del mangal de Tata Min, donde los agarraron, son llevados al cuartel, que está en el centro de la ciudad, allí dejan a una parte de los trabajadores; y a la otra parte la meten en los salones de la escuela Nicolás Bravo, que en ese tiempo era un anexo de la escuela primaria Veinte de noviembre. Allí los tienen como 3 o 4 días. Las mujeres les pasan su comida y hacen guardia todo el día, allí paradas para ver a que horas los van a llevar, qué cosa van a hacer con ellos. En la noche se turna la gente, se turnan las mujeres para hacer guardia, la cosa era que supieran a donde los van a llevar.

El martes 16 de abril de 1959, más de 350 trabajadores ferrocarrileros, detenidos dos días antes, son metidos a fuerza de culatazos en varios furgones de carga; el propósito de los soldados es llevarlos de Matías Romero a la cárcel de Salina Cruz. ¿Delitos? Conspiración contra las instituciones y asociación delictuosa…


El profesor Humberto con su grupo de alumnos en la Escuela Primaria Nicolas Bravo. Como puede observarse, el recinto educativo ha sido reconstruido en el transcurso de los años.
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El tren ya pita anunciando su salida, el militar que dirige la operación ordena cerrar las puertas de los furgones. Para descontento y alarma de las numerosas mujeres allí reunidas, el tren empieza a moverse. Las mujeres tratan de impedir la marcha del convoy que lleva a sus esposos, padres, hijos y compañeros hacia una muerte segura. Como el tren no se detiene, una mujer sale de la multitud, se pone a un lado de la vía: ellos no han matado, no han robado, no nada, dice gritando, y ¿porqué les están haciendo así? cuando la máquina va pasando frente a ella, la mujer, con rápido movimiento se levanta la florida enagua, mostrando sorpresivamente parte de sus encantos.

El espectáculo obliga al maquinista a detener la marcha del tren, olvidando disposiciones de la superioridad. Este titubeo es aprovechado por algunas mujeres ferrocarrileras para tenderse en la vía, bloqueándola, mientras otras exigen a los soldados la apertura de los furgones, lo cual consiguen después de jaloneos, insultos y advertencias de que el militar a cargo de la operación será responsable de la integridad de los trabajadores encerrados. Y es que en abril, el calor resulta insoportable en Matías Romero. La mujer de la orilla de la vía se llama Virginia López Chiñas, originaria de Juchitán y trabajadora del Hospital de ferrocarriles.


Ferrocarrileros jubilados exigiendo la destitución de los actuales líderes charros, y el cumplimiento de pagos y pensiones a viudas de trabajadores del riel. Mayo de 2014.
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Participan en la lucha, además de Virginia López Chiñas, otras mujeres chingonas, pero chingonas: María Cacho, María Toscano, Dorotea Nieto, Catalina González, Amelia Antonio, Antonia Tolentino y muchas más, todas les gritan un montón de groserías a los soldados, les mientan la madre. Son de arranque mero, y por esa gente no les cierran la puerta a los trabajadores, porque los soldados querían cerrar los furgones, que eran de esos de portones grandes.

Y no, dijeron las mujeres, que no les van a cerrar la puerta, porque no vaya a ser que mueran, que se ahoguen de calor los ferrocarrileros. Y no cierran las puertas de los furgones porque ellas ya se fueron a parar a los lados y enfrente de la máquina: que no, dicen, primero muertas vamos a salir y luego ustedes van a cumplir su deseo de cerrarles la puerta. Las grandes puertas de los furgones permanecen abiertas. La locomotora bufa y arranca el ferrocarril. Los soldados nomás van cuidando adelante. ¿A dónde iban a ir los trabajadores sin armas? Y los soldados bien armados.


Don Efraín Sandoval de Gyves. Uno de los líderes más destacados del movimiento ferrocarrilero.

Entre todas enseguida recolectan dinero suficiente y alquilan tres camiones para ir a Salina Cruz. En lo que aquí se marcha el tren con los ferrocarrileros, por acá las mujeres se van por carretera. Cuando llegan a Salina Cruz, ellos también acaban de llegar y ya los llevan para El Faro; es chistoso, están allí en el portón del Faro; a las mujeres no las dejan pasar, no quieren los soldados que pasen, pero entre todas empujan y pasan porque pasan, y suben hasta allá a donde los habían llevado, hasta la orilla del mar, donde hay bastante roca.

Allí los tuvieron quién sabe cuánto tiempo y ya del Faro los sacan y los traen a la bodega de sal. ¿Dónde está su juicio de las autoridades? ¿A dónde van a hacer sus necesidades los trabajadores? ¿A dónde?


Doña Tomasa Guerrero Guillén. Mujer ejemplar y compañera de causa, quien luchó al lado de su marido por un mejor futuro para nuestra ferrocarrilera ciudad.

Les ponen un tanque, unos barriles para que allí hagan sus necesidades. En ese lugar los tienen otro tiempo, y ya de allí gestionan los tlacuaches a quiénes van a sacar y a quiénes van a dejar para remitirlos a la cárcel. Entonces ya a Agustín lo sacan, ya a Nicolás lo sacan y a Efraín Sandoval de Gyves, esposo de Tomasa Guerrero, no lo sacan; lo dejan 4 meses más.

Ahora, a cuarenta y cinco años de distancia, doña Tomasa Guerrero recuerda: Antes no teníamos hospital, y eso es lo que estaba peleando Vallejo: aumento de sueldo y hospital, medicina para los trabajadores. Por eso era el pleito, porque antes no había medicina, nomás para el trabajador y se acabó la bulla. Y con el mismo sueldo; no había aumento, no había nada, que te ayudaban con tus hijos, con medicina o algo así, no; no había nada. Eso era lo que estaba peleando Vallejo.

Entonces, cuando ya ganó Vallejo, mandaron hacer aquel hospital grande que está por el estadio, y ya empezaron a atender a todos los trabajadores, ya iba uno a que le dieran sus medicinas y todo, pero entonces ganaban muy poquito de la póliza y a ninguna viuda se le daba su dinerito, como orita. Nomás era: ya se murió, ya se murió, y la póliza luego era de 5 mil pesos, de 10 mil pesos, poquito, vaya, ¡poquitito! Y a las mujeres pues no se les daba nada de dinero, no como ahora, que aunque sea poco pero dan algo de pensión a las viudas.

Algunos me dicen: pero, ¿de veras fuiste al movimiento?  Sí fui, pues. Fue mi marido, pues tenía que ir yo también, les digo. Eso de los ferrocarrileros se vino a acabar a la hora que entró la guerra de Vallejo, entonces fue que ya se empezó a acabar todo lo del ferrocarril.

El Bajío, Petapa; Oaxaca.
Octubre de 2003.



Licenciado Manuel Ballesteros Rojo. Uno de los más connotados escritores de nuestra historia matiasromerense, a quien agradezco profundamente su anuencia para compartir esta adaptación de su obra titulada: «La guerra de Vallejo, o los días que conmovieron a Matías Romero.»

Como construcción colectiva, la memoria histórica constituye una de las bases de nuestra identidad cultural, un fundamento para luchar contra el olvido y una fuente de inspiración para superar los embates del colonialismo en su fase actual.

Manuel Ballesteros Rojo.





Generos@s lectores, si lo desean pueden descargar la versión íntegra de esta obra, que está disponible en formato PDF desde el siguiente enlace:

La Guerra de Demetrio Vallejo en Matias Romero.pdf 



Respecto al tema de López Mateos como agente de la CIA en México y la operación ultrasecreta LITEMPO, me permito sugerirles el artículo escrito por el investigador emérito de la UNAM, Mtro. Heriberto López Ortíz; que pueden descargar en el enlace:

Presidentes Priistas y la CIA.pdf 





Deseo concluir esta entrada del blog haciendo una atenta invitación a la comunidad matiasromerense a cultivarse a través de la lectura, y en particular acerca del pasado, presente y futuro de la industria ferrocarrilera; que desde siempre ha influido en el destino de nuestro querido terruño.

El siguiente es un artículo también escrito por el candidato a Doctor Mtro. Heriberto López Ortíz, que trata del tema en comento.

Ferrocarriles Mexicanos.pdf 




Imágenes proporcionadas por Matíasromerenses miembros del glorioso MOVIMIENTO SINDICAL FERROCARRILERO.


Hacía 1973 contingente de trabajadores del Movimiento Sindical Ferrocarrilero caminando por la calle Corregidora casi esquina con Guerrero, dirigiéndose al Sindicato Ferrocarrilero, exigiendo la celebración de elecciones libres y democráticas.
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A la altura de la primaria 20 de Noviembre soldados del Ejército Mexicano los detienen. Nótese la valiente intervención de varias mujeres. Recuerdan participantes de estos hechos que en cinco ocasiones el ejército los reprimió.
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El operativo del Ejército Mexicano fue montado a petición de los líderes charros. La presencia militar también sirvió para atemorizar a los trabajadores que simpatizaban con el Movimiento Sindical Ferrocarrilero fundado por Demetrio Vallejo. Esquina de Av. Ayuntamiento y Corregidora, donde se ubicó la Abarrotera del Sur.
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Con gran valentía los Vallejistas se manifiestan justo frente a la entrada principal del Sindicato Ferrocarrilero, en la exigencia de un proceso democrático para la elección de los dirigentes de la Sección 13 con sede en Matías Romero, Oaxaca.
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Miembros del Ejército les impiden la entrada al Sindicato, argumentando que en el interior de éste se encontraba un grupo contrario, el de los Tlacuaches. Nótese cómo los soldados apuntan sus armas de alto poder a la multitud indefensa. Al fondo la antigua Escuela Primaria 20 de Noviembre.
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La Comisión negociadora encabezada por don Juan Bante (de sombrero) y don Francisco Franco entre otros, acuerda el paso del contingente de los ferrocarrileros Vallejistas para votar en la elección de los dirigentes sindicales de la Sección Trece, una de las más importantes a nivel nacional.
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Agotados los pretextos y sin otra salida, los Tlacuaches conceden el ingreso al recinto sindical. La Comisión Negociadora trae la noticia que los trabajadores democráticos podrán pasar a votar libremente. Se viven momentos de máxima tensión.
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Por acuerdo de las partes, la inmensa mayoría de los trabajadores ferrocarrileros notoriamente Vallejistas, al fin pudieron ingresar al recinto sindical para emitir su voto.
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Diferentes sectores de la sociedad matíasromerense, entre comerciantes, estudiantes y campesinos han apoyado a la lucha ferrocarrilera. El Ejército se ha mantenido como «garante» de la paz pública, aunque en ocasiones ejerció una brutal represión como en la llamada Guerra Sucia de los años 70’s.
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La movilización y toma de edificios ferrocarrileros hacía el año de 1973, se efectuó a nivel nacional. Una vez al interior del recinto sindical, varios oradores tomaron la palabra para expresar el hartazgo de corrupción provocado por los líderes sindicales charros. El señor Francisco Franco Ramírez aparece en el extremo derecho de esta imagen, de gafas color negro.
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Al interior del edificio sindical los ánimos estaban prendidos. Don Samuel Estudillo Nández (Hernández), arriba al centro de playera, acompañando a Juan Bante y otros líderes del Movimiento Sindical Ferrocarrilero que encabezaba Demetrio Vallejo.
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Mitín de protesta contra la desaparición y asesinato de líderes democráticos. Trabajadores y familias se manifiestan en el parque Daniel González Martínez, denunciando al "charro mayor" Luís Gómez Z y el caso de Valentín Ricárdez Bolán, matíasromerense asesinado en Tierra Blanca, Veracruz; a principios de los años 70’s.
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Diversos actores políticos han participado en las comisiones de diálogo y distensión de los conflictos ferrocarrileros. Aquí observamos al entonces presidente municipal doctor Ernesto Guzmán Clark (montado en el caballo blanco).
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Una de tantas comisiones envíadas por el pueblo matíasromerense a diferentes instancias de gobierno, para restituir los derechos y el regreso de los muchos ferrocarrileros que en su momento fueron desterrados o encarcelados por los aparatos de control del PRI Gobierno.
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Que los miembros de la izquierda deban ser considerados como intelectuales, he ahí una afirmación que puede prestarse a la burla y a la caricatura; sin embargo, si se reflexiona, nada hay más exacto.

Antonio Gramsci.




Bibliografía.

LA GUERRA DE VALLEJO, O LOS DÍAS QUE CONMOVIERON A MATÍAS ROMERO.
Manuel Ballesteros Rojo. 2003.
Un acercamiento a la historia y la cultura de Matías Romero Avendaño, Oaxaca.



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