El cerro de la Mujer Dormida en Santa María y Santo Domingo Petapa.

Papá, de dónde viene el viento? Me preguntó un día mi hija…  El viento se forma gracias a los cerros, le contesté.
— ¿Los cerros hacen el viento?   me increpó con notoria extrañeza.
— Así es y le señalé, ¿ves aquél cerro rumbo a Petapa?…   pues ese hermoso cerro tiene su historia …



La llegada de los Zapotecas a la región norte del Istmo de Tehuantepec, modificó la zona de influencia que durante siglos habían mantenido los Mixes y Zoques en estos territorios. Provenientes de los valles centrales de Oaxaca, de la casa real de Zaachilla y bajo el brazo armado de su héroe Cosijoeza, los Zapotecas se aproximaron a nuestra comarca por la ruta de Jalapa del Marquéz, luego Tehuantepec y después Guevea de Humbolt. Transcurrido un breve periodo de enfrentamientos lograron establecer un pacto de mutuo beneficio con los Mixes, para fundar Guiechicovi hoy San Juan Guichicovi, dicción Zapoteca que significa Pueblo Nuevo. Hasta allí lograron avanzar los célebres soberanos de Zaachilla hacía el norte del istmo, pues la llegada de los españoles vino a irrumpir sus planes expansionistas.


Allí está…   El Cerro de la Mujer Dormida, cuya falda se extiende retadora, para quien quiera vencerla.
Ampliar Imagen

Existen diferentes versiones respecto a los tiempos y circunstancias en que se llevó a cabo la fundación de Santa María y Santo Domingo en el Valle de Petapa, pues algunos autores refieren que ambos asentamientos, si bien son de cuna Zapoteca, no comparten el mismo origen migratorio. Hoy en día, ese pico que los matiasromerenses conocemos como El Cerro de la Mujer Dormida, se encuentra en los territorios de Santo Domingo Petapa y los Dominganos lo llaman Cerro de la Mañana o Cerro El Borrego, y a su naciente lateral más pequeña, cercana a Santa María Petapa, la han nombrado Cerro La Guacamaya.

La elevación mayor — La Mujer Dormida — tiene como primera referencia documental un lienzo jeroglífico elaborado a raíz de la llegada de los españoles; me refiero a las escrituras primordiales del pueblo y territorios de Guevea de Humbolt. Veamos la historia…


Símbolo que presenta al Cazique de Guevea y el Cerro principal del mencionado lienzo jeroglífico.
Rigula Guebiya «Viejo de Guevea» y Tani Guebiya «Cerro de Guevea».

Don Antonio de Mendoza, primer virrey que gobernó la Nueva España de 1535 a 1549, convocó a todos los pueblos originarios conquistados a pactar una forma legal de mutuo reconocimiento; aunque esa componenda no era más que un artilugio pues en los hechos, significaba y justificaba el sometimiento de los nativos a la corona imperial de Carlos V, rey de España.


Virrey Antonio de Mendoza.

Se trata de la figura conocida como condueñazgo, que fue instrumentada por el citado virrey para reconocer mediante Títulos Primordiales los derechos que las diferentes culturas originarias ostentaban en sus respectivos territorios. Ante tal disposición, hacía el mes de Junio de 1540 se elaboró un mapa en el que aparece nuestro cerro en cuestión, como parte de un conjunto de jeroglíficos y señales que identificaban los límites territoriales del Señorazgo de Guebiya, nombre precolombino del actual Guevea de Humbolt.


El Título Primordial de Guevea de Humbolt.
La palabra Petapa la hemos colocado justo en el jeroglífico que señala la posición del Cerro de la Mujer Dormida.
Ampliar Imagen

El Plano Geroglífico muestra 18 cerros circundantes y dos en medio, siendo que estos dos indican la posición de Guevea. La importancia de esos 18 cerros más dos al centro que servían como eje, se fundaba en los rituales que practicaban los Zapotecas de Guevea en sus fiestas anuales, pues existe la creencia que los descendientes de la casa real de Zaachilla, acudían a cada una de esas 18 montañas limítrofes, en determinadas épocas del año, para llevar a cabo ceremonias dedicadas al culto de sus orígenes y cosmogonía, es decir, su interpretación de la creación, sus dioses y los seres humanos.

Lo anterior significa que el Cerro de la Mujer Dormida servía como recinto para la ejecución de ceremonias en las que participaban sacerdotes, dignatarios, mujeres y hombres de la nobleza Zapoteca que habitaban en esta región del Istmo de Tehuatepec… interesante ¿verdad?


Jeroglífico del cerro que en Matías Romero llamamos La Mujer Dormida.
Interpreto un símbolo que señala donde terminan los grandes cerros semi áridos que señorean el sur istmeño, para dar inicio a una región donde abunda la vegetación.

Aunque resulte extraño, en el Lienzo de Guevea no existe un nombre propio para señalar al Cerro de la Mujer Dormida. Para referirse a ese lugar marcado en el mapa jeroglífico, los antiguos usaban la expresión Nisa Guiego Daa que significa Junto al Agua del Río en Estera. La expresión Petapa que se emplea hoy en día en realidad es de origen Náhuatl, lengua que hablaban los Mexicas. Entonces, cabe hacer una pregunta: ¿Por qué el uso de una palabra de origen Azteca para nombrar a un lugar Zapoteca? La respuesta la encontramos al observar el citado Lienzo de Guevea, mismo que muestra los nombres de los cerros y lugares importantes en ambos idiomas: Zapoteca y Náhuatl.

Es comprensible el uso de esa práctica dado que el idioma del imperio Azteca —el Náhuatl— era lengua obligada en muchos aspectos de la vida comercial, cultural y religiosa en toda mesoamérica y por ende considerada Lingua Franca; de ahí la costumbre de las diferentes culturas por incluir expresiones en Náhuatl al elaborar sus manuscritos o jeroglíficos.


Escenificación de Cosijoeza y Coyolicaltzin llevando en brazos a su hija Donaxhi (Alma Grande).
Coyolicaltzin, la mujer de Cosijoeza fue una princesa de origen Mexica a quien los Zapotecas llamaron Pelaxillo «Copo de Algodón».

Una vez definida la lengua originaria de la composición Petapa (petatl+apa) abordemos su significado. Petatl es una voz que los aztecas utilizaban para varias representaciones: plantíos de petatl (paja, petate), estera, trenzas. Por su parte Apan ó Apa significa afluente de agua. Así resulta clara la coincidencia entre Mexicas y Zapotecas al adoptar esa voz, siendo que Petapa se entendería en una proyección geográfica como el lugar donde hay Estera de Afluentes, es decir multitud de ríos y riachuelos que se entrecruzan. Recuérdese que los antiguos Zapotecas se referían a este sitio como Nisa Guiego Daa: Junto al Agua del Río en Estera.

Sin embargo, debemos considerar otras versiones que se refieren a la palabra Petapa como la composición del Zapoteco serrano Bee Tapa (Bee significa viento y Tapa el número cuatro), es decir Cuatro Vientos; vientos del Norte, del Sur, del Este y del Oeste. El Valle de Petapa, El Valle de los Cuatro Vientos.

Para concluir, deseo compartir con ustedes amables lectores un interés que desde joven me ha cautivado, me refiero al significado, la semántica de las palabras cualquiera que sea el idioma, ya español, maya, griego, etc.; pues creo que cada cultura refleja en sus voces lo que de acuerdo a su sentir y pensar es la realidad y comprensión del universo; esa cosmogonía de la que hablamos líneas arriba. He llegado a la convicción que las palabras son el instrumento más poderoso que ha inventado el ser humano. Y así dice un viejo aforismo . . . La ciencia de los símbolos, es la madre de todas las ciencias.





Soy hombre: duro poco y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba: las estrellas escriben.
Sin entender comprendo: también soy escritura
y en este mismo instante alguien me deletrea.

Poema Hermandad.
Octavio Paz




El Cerro de la Mujer Dormida visto desde el lado poniente, en las cercanías de la comunidad El Campanario.
Ampliar Imagen



El Cerro de la Mujer Dormida visto desde el sur-poniente, nótese el crater de agua.
Ampliar Imagen



Escudo del Imperio Azteca en tiempos de la llegada de los colonizadores.
Imagen capturada en la Colección de Escudos Nacionales.
Plaza del Aguilita. Centro Histórico. Ciudad de México.
Ampliar Imagen



Estimados lectores, una de las cualidades que más aprecio de administrar este nuestro Blog es la ocasión de mantenerlo actualizado. Así es como he recibido una aportación de valor incalculable y que viene a cerrar con broche de oro el tema que nos ocupa. Se trata de un ensayo profundo, elegante y bien documentado acerca de los orígenes del Zapoteco en sus diferentes variantes, incluido el Petapense.
Tal obra ha sido confeccionada por don Aurelio Altamirano-Hernández quien nos ha brindado su anuencia para que ustedes, amantes de nuestros orígenes puedan leerlo y disfrutarlo. El tratado en comento pueden descargarlo en el siguiente enlace:

Sistematización del estudio de la lengua Zapoteca.pdf 




A quienes les resulte interesante la historia e investigación de los lienzos que han dado origen a nuestra nación, les sugiero visitar el website que el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha publicado en el siguiente enlace:

Códices de México.  Memorias y Saberes. 






Bibliografía.

Plano Jeroglífico de Santiago Guevea.
Eduard Seler. 1986.
Ediciones Guchachi’Reza.
Colección de Disertaciones sobre Lenguas y Arqueologías Americanas.
México.
Traducción: Carlos Enrique Delgado.



Los Títulos Primordiales, un género de tradición mesoamericana.
María de los Ángeles Romero Frizzi y Michel R. Oudijk. 2003.
Universidad del Copenhagen.
INAH-Oaxaca.
México.


____________________________